viernes, 30 de noviembre de 2007


Irresistible.
Un atardecer -cada domingo-. Cae el sol, parece que me visita. Ignorarlo; imposible.

Me preparo para estar cuando el cielo se ve de color naranja, justo al frente de mi ventana.

Me encuentro con la regadera, el agua cae, tomo mi tiempo para sentir una nueva vida en cada baño que tomo, cuando regreso al cuarto me unto crema, esa que tiene mi olor favorito. Mientras el aroma se queda en mi, busco la ropa mas cómoda, después cepillo el cabello y lo ato para que la espalda quede descubierta, comienzo a ponerme la blusa y ese pantalón blanco que me encanta; por ligero y cómodo. Tomo mi libro, me siento en el piso, recargo mi espalda en la cama y comienzo a leer frente a la ventana. Entre hoja y hoja hecho una mirada al cielo, y veo pasar los aviones, su ruta pasa, igual: justo frente a mi ventana. Mientras pienso "¿a donde irá?, quisiera estar ahí, volando a un nuevo destino".

Descalza voy a la cocina, busco el vino, me sirvo una copa y corro de regreso a mi cuarto a sentarme, el color naranja esta apunto de llegar.

Aparece el sol frente a mi ventana, enorme, a veces tengo que cerrar los ojos por que me deslumbra. El color naranja por todas partes, las nubes que parecen rayas horizontales iluminadas con destellos de luz blanca, los rayos entran a mi cama, de verdad directo a la cama. En ese momento, dejo el libro, pongo la copa en el piso y me recuesto boca abajo, dejando que el sol me abrace.

Sus rayos cruzan por la ventana y también por mi ropa - cómoda-. Cuando llegan a mi piel, siento su calor delicado y constante. Me toca tan suave que cierro los ojos, y siento como si esos rayos fueran sus manos que dan un masaje en la espalda, en el cuello, en los pies. Mi cabello comienza a secarse por el calor, el olor, ese que es mi favorito, se vuelve más agudo y comienzo a entrar en un sueño -despierta- profundo.

Esto tan solo dura unos minutos, tengo que aprovecharlo, cada rayo, cada segundo. Así que comienzo a despedirme de el, pidiendole que no se olvide de mi. -No te olvides de mi-

Es como si cada Domingo me consintiera. Ahora sin color naranja, espero que llegue el día, y preparme de nuevo para el sol que entra por mi ventana.


posted by reveladora del cuarto obscuro at 21:09 | 0 comments
jueves, 22 de noviembre de 2007


Un mes sin escribir, un mes de luto sin ganas de poner letras, tampoco de explicar como las fotos se han revelado los últimos días; por esto, tuve ausencia en mi blog.


Claro que entraba y le daba click en ´crear nueva entrada´, llegue a esperar 9 horas con la ventana abierta (las horas de oficina), pasaba de la ventana de excel a la ventana de mi blog; pero nada, de mi blog al itunes; pero nada, del itunes a mi carpeta de fotos para ver las que fueron tomadas en su homenaje; pero nada, cero palabras-letras encontré para poder revelar los rollos, creo que era más fácil bailar lo que sentía, porque las palabras -mis palabras- no alcanzaron a dar una explicación de sentimientos. A veces me pasa; no, a veces no, la mayoría de las veces me pasa que no lleno con palabras los sentimientos, es más fácil bailarlos!.



Es hasta hoy, que mis palabras me han permitido escribir y tengo que compartirles que este mes, pensé en él, desde el día que lo conocí hasta el último día que lo ví.



En el salón de clases...

Era comienzo del primer año de la secu. Mientras esperaba al profesor de Sociales ya me lo estaba imaginando: un super ruco exigente amargado, cuando de pronto entro un chavo, con una sonrisa de oreja a oreja y en voz alta diciendo: ¡compañeros!, tranquilos, a ver sientense que empezaremos la clase. Nos llamó mucho la atención la forma que nos hablaba, transcurria la clase y todos riendo de como decía las cosas, y al mismo tiempo poniendo atención -algo que era muy raro que nos mantuvira así-. Pasamos de una simple clase a una ´interpretación-obra-realización´ de los hechos que teníamos que aprender de la materia. Nos mantenía realmente embobados con su forma de enseñar, haciendo de lo aburrido algo increiblemente divertido y sí, como dijo un amigo en el homenaje "en cada examen no recordabas lo que estudiaste del libro, recordabas como lo había escenificado" jajaja, era muy divertido y muy grato tenerlo como profesor. Un día saliendo de clase, me comento que el año que seguía, ya abriría el taller de teatro para la secundaria (solo lo tenía la prepa). Me emocione, porque pues, uhm, pues uhm, ya saben... yo era de las que encerrada en mi cuarto empezaba a bailar, desde los 5 años ya lo hacía, entonces, que me dijera que un taller de teatro estaría abierto para la secu!, uff fue emocionante.



Al siguiente año, lo más importante para mi fué inscribirme al taller, así que, como por la tercer o cuarta semana de haber empezado las clases, sali a mi descanso y me fuí directito a poner mi nombre en las hojas de inscripción. Aquí es donde empieza una historia entre Luis y toda la bola maravillosa de amigos.



En el taller de teatro...



Eramos muchos, esperabamos a que nos dijera de que se trataba, pero lo que yo más esperaba era empezar a bailar. -No puedo dejar de decir que siempre lo veía con su sonrisa, y que cuando platicabas con él te la contagiaba-. De repente tomo el micro y dijo: "aqui estan y espero que se queden todos, pero sé que hay gente que no aguantará el ritmo, o que no le gustará, se quedaran los que tengan que quedarse", así que empezamos a seguir sus pies, -tratar de seguirlos-, aún muchos no agarrabamos bien el ritmo, apenas aprendiendo, apenas conociendo. Despues de 4 ó 5 semanas ya éramos menos, nos estabamos quedando los que teníamos que quedarnos, y así cada semana desertaba alguien. De pronto me dí cuenta que ya eramos un grupo mas que de baile, de amigos que iban plantando raices, unos con otros y Luis con todos.

Desde ese año jamás me despegue de teatro, muchos no nos despegamos de él, tampoco de Luis, que llego a ser un gran maestro, amigo, consejero, mediador. Todos dejamos muchas cosas: viajes, fiestas, comidas, desayunos, cenas, paseos, amigos que no estaban en el taller y pensaban que era una perdida de tiempo estar ahí, en vez de disfrutar unas buenas fiestas, entre más escuchaba esas opiniones más las respetaba y a pesar de eso todos mis amigos siempre iban a verme en las funciones jiji. Pero la verdad , confieso que me sentía tan contenta, que jamás me dolió dejar de ir a todos esos eventos. Prefería bailar, estar ahí con todo ellos, fui conociendo a los que siguen siendo mis amigos. Aún con los raspones, mis golpes, las lastimadas, el moretón en el brazo, una fractura en un dedo del pie por bailar en adoquín jajajaja, ojeras al día siguiente, y como soy de muy buen dormir apartaba la mejor banca en el salón de clases donde no me viera el profesor y poder cerrar un poco los ojos y estar lista a las 2 de la tarde para seguir ensayando. La verdad es que me preocupaba más por los ensayos que por mis exámenes. Pero Luis no nos dejaba flojear, nos enseño ser exigentes con nosotros mismos, me enseño a que sí podía ensayar y mantener mis calificaciones con buenos promedios, me enseño a dar de mí amor por lo que hago, siempre me recordaba que fuera exigente cuando quisiera lograr algo, lo que fuera, pero sobretodo despertó en mi pasión por la danza.

Ya al poco tiempo empezamos a hacer una amistad, le contaba de mis amores de secu y preparatorianos, de mis peleas con amigos, de los problemas con los papás, de mi amor por el ballet, por el arte, y cada que pasaba el tiempo se veía menos la diferencia de edades, tan solo me llevaba 8 años.

Luis para mi fue como un hermano mayor, convivimos mucho tiempo, nos hicimos amigos, se preocupaba mucho por mi, por que estuviera bien, y también lo hacía por todos los que estábamos en su taller. Cuando me sentía triste me iba a su cubículo y nos quedabamos platicando, me hacía justificantes por haber faltado a clase (o clases), jeeje. Un apodo que me puso jajaja: la inquietita.....lo decía porque el sabía que jamás podría estar sentada en una oficina, me decía que yo no era para eso.

Después termine la prepa, pero seguí en teatro, unos dos años más, no recuerdo bien cuanto tiempo fué. Ahora a 4 personas nos tocaba dirigir a los de secu, y Luis estaba como nuestro jefe y el seguía con el taller de la prepa. Pues más andábamos juntos los 4, entre ensayos y ensayos en casa de Luis, entre acuerdos, desacuerdos. Fue mi gran prueba, mi carácter era muy ligero, y se que Luis me invito a ser parte de su equipo, una vez más, para enseñarme a ser firme, a tener decisiones, a ser más segura.


Salida del taller.....

Fue muy difícil separarme de teatro, la verdad sufrí mucho, pero al mismo tiempo quería estudiar más técnica, prepararme más y por eso tomé la decisión. Después Luis también dejo la escuela, para estar en otros proyectos: vivir en otra ciudad, tener una familia, otra escuela, otro taller iniciado en su nueva vida, un hijo; realmente feliz. Ya las platicas eran pocas, pero cuando nos veíamos platicamos mucho, ya saben con su invento: la inquietita jejeje, -y su sonrisa-. Me insistía en no dejar la danza, en seguirme preparando, me preguntaba de los amores, de los papás, de los amigos, a quién has visto?, el trabajo?, estas bien?. Cada que platicábamos, era como un alivio, sentía que el me iba guiando en lo que yo pedía ser guiada, me sentía muy segura, porque pues era Luis! al que conocí desde los 11 años, quien más podía darme buenos consejos?.


Después.....

El regresó a esta ciudad, nos vimos unas cuantas veces, la última vez me dijo que estaba muy bien, muy contento por su hijo, me dijo que luchara por mas cosas, que el pensaba que yo me había estancado, -de verdad un gran amigo-, que no perdiera la capacidad de soñar, que no dejara que la vida por si sola me sorprendiera, porque yo misma tengo que buscar ser sorprendida, esas fueron sus palabras. También me contó de sus proyectos. Esta fue la última vez que lo vi, un abrazo, un beso y porsupuesto esa sonrisa, la misma cuando lo conocí.


Una llamada....

Luis esta muy mal, no le queda mucho tiempo de vida. Se desgarro todo dentro de mi, un silencio, mi mundo se detuvo totalmente, recuerdos -su sonrisa-, sus palabras. A los pocos días ya no estaba en este mundo.......
Ahora entiendo más cosas, cuando me dijo esas palabras....., para mi sigue siendo mi gran amigo, el consejero. Así es la vida, si, lo sé, la vida sigue, si, sin duda sigue. Pero extrañare una platica , mi apodo, -su sonrisa-.



Su sonrisa......

Aún estando mal, aún estando casi al fin de su viaje, sonreía como siempre lo hacía, mucho que aprenderle!.


Ahora ya saben porque deje de revelar fotos todo un mes, no tenía palabras, prefería sacar mi tristeza en las clases de ballet, recordando que el tuvo mucho que ver en que, hasta el día de hoy, yo siga bailando. Sin duda aquí sigues en Vicky;tu esposa y Luis; tu hijo.


Fue maravilloso conocerte
Un privilegio formar parte de algo que amabas
Y fue un honor tener tu amistad,
Gracias Luis.




Algunos de la bola maravillosa de amigos en tu homenaje

posted by reveladora del cuarto obscuro at 19:12 | 3 comments